La Asociación Rural del Paraguay (ARP) salió al paso de la industria de la materia prima que producen, pues si bien a nivel de comercialización de la carne fue un año de récord de exportación, aseguran que para los productores fue pésimo. 

“Acá hay una simbiosis, la cadena de la carne no puede funcionar sin el productor y sin la industria. Lo ideal sería que ambos tengan utilidad y beneficio en la misma proporción. Para que suceda eso, tiene que haber precios que permitan al productor invertir en genética, infraestructura, para poder tener un tipo de ganado que pueda sacar cortes premium”, criticó el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli.

“En el año 2018 teníamos una participación del 74% del precio de exportación y en el 2020 61,5%. Por cada US$ 100 en 2018 recibíamos ese porcentaje, en 2020 61,50. Creemos que fue un año difícil y los resultados deben ser proporcionales en cada extremo para que podamos tener una producción sostenible en el tiempo”, explicó.

Si hablamos de pérdidas con relación a otros periodos, estimó que es del 14%. “Nuestro porcentaje de participación cayó 14% en los precios promedio de exportación. El 74% del precio de exportación quedaba para el productor en 2018. Es decir, la industria pasó de quedarse con el 26% a quedarse con casi el 40% de la ganancia en precio de exportación de carne”, sostuvo.

En ese sentido, ratificó que para la industria de la carne fue un buen año, pero para el productor fue un pésimo año. “Tuvimos que vender casi todo el año muy por debajo del precio de costo. Para nosotros desde el punto de vista económico fue récord de pérdidas”, significó.

En cuanto a volúmenes de producción, dijo que hubo periodos de baja demanda en marzo, abril y mayo luego se normalizó, pero hubo problemas de sobreoferta de ganado a raíz de que el Chaco, donde se halla gran parte del hato ganadero y sufrió los embates de la sequía.

“Mucha gente tuvo que vender de manera apresurada su ganado y se produjo una sobreoferta en ese momento. Entonces la industria aprovechó para bajar el precio”, lamentó. Dijo que se corre el riesgo de afectar la calidad de la producción, si es que persiste esta brecha de precios de exportación y los precios que reciben los productores.

Recordemos que el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal anunció que el año 2020 cerró con el aumento en exportación de carne bovina, con 271.000 toneladas.

Los productores resaltaron que los precios podrían sufrir incrementos si la producción es escasa, además Galli expresó que las ventas del 2020 fueron en términos salomónicos, pues tampoco fue un precio competitivo. La menor producción en Brasil también podría incidir en los próximos meses sobre precios de exportación.